Ayer me visitó una libélula mientras estudiaba, así, de sorpresa. Se posó justo al lado de mi ventana, tan cerca que podía distinguir todas y cada una de las membranas que conformaban sus alas. Estuvo alrededor de 10 minutos. Creo que quiso descansar, o huir de algún pajarillo. No lo sé bien, pero se mantuvo lo suficiente para que me olvidase de que lo estaba haciendo y obligarme a mirarla mientras se limpiaba la carita y volvía a echar el vuelo.
Hoy no he podido evitarlo, porque ayer le estuve dando muchas vueltas a este asunto (#reflexionandohastalamuerte), y he «tenido» que buscar el significado de ese momento, la verdad que único en mi vida, nunca había visto una tan de cerca. Supongo que mi parte más mística no puede andarse quieta y a todo le encuentro un sentido. O al menos creo que le tiene, pero casi yo diría que sí.
Buscando hoy historias sobre la vida, evolución y muerte (siempre) de las libélulas, y también de las fantasías que traen con ellas, me doy cuenta que son unos insectos con unos rasgos que las hacen espectacularmente increíbles, además de muy antiguos (obvio son insectos). De acuerdo con la RAE ( a quien nadie va a discutir, de momento), las libélulas son insectos de la familia de los odonatos (???) y su palabra, libélula, proviene de la palabra en latín libellula, que significa «nivel», «balance». Si ya solo con su real significado se ganan mi corazón, su traducción al inglés hace que quiera casarme con ellas. Las Dragonfly, Dragonfly!! Me parece el mejor nombre que he escuchado hace días.
Pero no solo eso, es que leyendo y leyendo, me doy cuenta que tienen mucho que decir. Algunas de sus otras fantasías es que respira por el ano, son capaces de copular mientras están en el aire, que por cierto, no vuelan , sino que se balancean, rollo como aquellos aviones de papel que hacíamos de pequeños que no servían para nada, salvo para contaminar y molestar a nuestros amigxs y profes, pero que se balanceaban sobre el aire de la clase (2 segundos). Pues igual, pero con mucho más estilo y evidentemente tiempo. De no ser así ya me imagino una oleada de lluvias de libélulas cada 3 segundos. Que además, viven un tiempo cortísimo, entre 6 meses y 7 años (¿Qué harías tú si tu vida fuera tan corta?), y según parece, una vez tienen huevos, viven bajo el agua como ninfas.
Para que voy a mentir, los datos científicos y detalles más técnicos se pueden buscar, que me han sorprendido muchísimo, pero me quedo con lo que he leído sobre su simbolismo esotérico. Son bichitos ancestrales, de acuerdo con la cultura y tradición donde se observe la simbología, pueden acarrear un significado u otro. Pero lo mejor es que todo es positivo. Menos mal. Simbolizan la buena suerte ♣, un período de transformación para el individuo sobre el que posen, de afrontar cambios y tener más presente que nunca el concepto de resiliencia. Según antiguas corrientes filosóficas orientales, las libélulas indican ciclos de vida, aquello que nos conduce a reconectar (nos) con el interior, nuestro potencial, la verdadera felicidad, y atreverse a sacarlo a flote.
Hay que recordar que las libélulas existen desde hace 300 millones de años, son expertas en adaptación y unas luchadoras natas. Igual que las cucarachas, sí, pero infinitamente más bonitas. 😀
Queda claro que después de todo esto, si existe la reencarnación, y si es posible, quisiera ser libélula en otra vida, plano, universo. Aún así, me conformo con este mensaje que ayer se me envió por un instante.
P.D: Dejo algunas fuentes que a mi me han servido, y para saber más sobre ellas:
10 datos curiosos sobre las libélulas
https://www.significados.com/libelula/
https://dle.rae.es/lib%C3%A9lula
https://lamenteesmaravillosa.com/la-bella-metafora-de-la-libelula-y-los-ciclos-de-la-vida/
https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/actualidad/una-libelula-es-el-insecto-que-vuela-mas-lejos_10181